RELATO DE UN ACCIDENTE QUE TORNO A HOMICIDIO AGRAVADO POR EL VINCULO

RELATO DE UN ACCIDENTE QUE TORNÓ A
«HOMICIDIO CALIFICADO»

Octubre del año 2004 me convoca S.S. para la intervención en la desaparición de un niño de 8 años, el cual había sido visto por última vez aprox. a las 17:30 por sus padres y otras personas.-

Esta familia desarrolla su vida y sus actividades en el entorno rural de la Localidad de Herrera, Dpto. Uruguay, Provincia de Entre Ríos, Argentina. Debido a este episodio se da intervención a la policía a las 20:00, disponiéndose un operativo de aproximadamente 100 uniformados.

Arribo al lugar con S.S. y Secretaria aprox. a las 6:00 del día siguiente, donde hasta ese momento, luego de la búsqueda nocturna e incansable de los uniformados, no se tenía ninguna novedad del caso.


A la postre de una observación minuciosa del lugar; de un rastrillaje intenso por la totalidad de la Localidad de Herrera y localidades aledañas, se pide un Helicóptero para ampliar los horizontes de la búsqueda y la visualización del área.

Llovió toda la mañana y parte de la siesta. Rastrillé sistemáticamente el lugar en Helicóptero y observamos al final del recorrido que, el cuerpo del niño yacía decúbito ventral entre los pastizales del campo contiguo.

Enseguida operaron las técnicas criminalísticas de rigor en torno a la preservación y cuidado del escenario del hecho: planimetría, fotografía, búsqueda y recolección de indicios, etc.. Terminadas las tareas de campo, nos trasladamos a la Morgue para la realización de la Tanatopsia con Médico Forense y Policía. De ello resultó la primer hipótesis del caso, logrando orientar la investigación hacia una Accidente provocado por el “arrastre de un equino”, causando la muerte por “Traumatismo Cráneo Encefálico”.

Ante las dudas surgidas en el transcurso de la investigación, se sugiere y ordena una necropsia, donde intervienen otros tres médicos legistas del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia y quien suscribe acompañado de un asistente. Estos resultados cambiaron rotundamente el sentido de la investigación, determinando que la muerte se produjo por “fractura luxación de las primeras vértebras cervicales” (conocido como golpe de látigo o efecto latigazo).

Mediante la disección por planos de la zona, también llegaron a concluir que existía infiltración hemática de una zona importante que comenzaba a una altura de 50 cm., abarcando el flanco posterior izquierdo por lo que se concluyó que se trataba de un gran golpe vital, producido por un cuerpo duro en movimiento.

Aquellos que tuvieron a su cargo la inspección técnica medicolegal, en sus conclusiones sugirieron la posibilidad de realizar una “Autopsia Psicológica”, con profesionales de Psiquiatría y Psicología Forense, en conjunto con Criminalística.

Claro, desde ese momento comenzamos de cero en la investigación científica de laboratorio y de campo, anexando elementos, buscando nuevas pruebas; se ordenó la Autopsia Psicológica, y todo fue el desafío de una nueva experiencia para quienes nos desempeñamos en el laboratorio criminalístico.

Pasaban los días, pasaron ya algunos meses y todo era en vano, caminaban por los pasillos de Tribunales los testigos, los familiares, reuniones intensas en conjunto con la Jueza de Instrucción, Secretaria y los profesionales a cargo de la Autopsia Psicológica, sin poder hallar pistas que nos dieran ciertas probabilidades del autor y el elemento. A todo ello avanzaban pericias, allanamientos, constataciones, idas y vueltas a los diferentes lugares, recorridos bibliográficos intensivos, consultas a diferentes profesionales y nada nuevo surgía.

Uno de esos días, cuando uno despierta con renovadas esperanzas de que algo nuevo ocurriría en el caso, surge la propuesta de volver a revelar todas las fotografías para ampliar los estudios en torno a cada una de las situaciones. Comienzo a observar detenidamente aquellas que se extrajeron en la autopsia inicial, y observo sobre la cara posterior del muslo derecho del occiso, unos estigmas –que para mí- eran demasiado geométricos. Seguí pensando que no podía existir tanta definición en aquellos hematomas y que era preciso insistir en la investigación de aquellas evidencias que gritaban sin poder ser oídas.

“Eureka”, fue la primera expresión que me vino a la mente aquella mañana; cuando luego de amplificar con lupas, dar diferentes incidencias de luz sobre la fotografía, encontré necesario recurrir a los cálculos matemáticos aplicados a los estigmas evidenciados.

Claro, pero aquella necesidad por conocer cuán grande podían ser en la realidad las figuras geométricas que veía, estaba inhibida por la torpeza que cometí al sacar la fotografía; “No había colocado un elemento referencial” (regla, elemento con dimensiones conocidas).

Gracias a Dios, el médico forense que sostenía una parte del cuerpo del occiso, por esas cosas del destino, “tenía entre sus dedos un hisopo”, cuyas dimensiones son estándar. Crecía la ansiedad y la agilidad mental para la aplicación de las fórmulas del “Método aplicado en la Fotografía Métrica”. O sea que teniendo en ella la dimensión conocida, existían cálculos para lograr todas aquellas relaciones desconocidas”.

Eché mano a los cálculos y logré una figura rectangular y otra en forma de letra “Z”, lo que se asemejaba a ciertas formas que hasta ese momento no tenían relación. Escaneé la palca en mi computadora y la trabajé con filtros del programa CorelDRAW 9 donde; analizada por filtro bajo relieve, evidenciaba aun más las figuras y un hematoma presente. O sea, el sistema podía ver, lo que yo no alcanzaba a interpretar a simple vista.

Seguidamente realicé un gráfico a escala real de aquellas figuras, sobre una filmina o transparencia y la cosa tomaba color; tenía cierto aspecto de pertenecer a singulares figuras del frente de algún vehículo.

Escribo la pericia, donde además de estos indicios, dictaminé con un ALTO GRADO DE PROBABILIDAD que:

“…No se correspondía la intensidad y brutalidad de las lesiones con el estado de las ropas”; por lo que a posteriori del hecho, fue cambiado de las que llevaba contemporáneamente al mismo.
“…Existían rastros e indicios que indicaban que el cuerpo había sido arrastrado y depositado en ese lugar por alguna persona”.
“…Que los estigmas hallados en la fotografía, corresponderían al frente de un vehículo”.

Sugerí a la Jueza de Instrucción ponga a inmediata disposición todos los vehículos involucrados en la causa, para la realización de: “Pericia de Correspondencia por Superposición de Imágenes” entre las filminas y los frentes. También que ordenara el secuestro del vehículo en caso de arribar a buen puerto, para concluir con las pericias pendientes de este tipo; ya que existían otros estigmas cuyas formas no encontraba relacionar.

Se ordena la medida inminentemente y al resultar correspondencia, se autorizaba el secuestro y se detiene preventivamente a los progenitores del niño. Se realiza la pericia y se logra la Exacta Correspondencia de las imágenes con las del frente de la camioneta Toyota Hilux, propiedad del padre de la criatura fallecida enigmáticamente.

Una vez obtenido el vehículo se trabajan las demás figuras geométricas, logrando correspondencia en ubicación, situación y dirección de aquellas, con otro elemento del parachoques y eso no era todo; aquellas otras figuras irregulares, lograron correspondencia con los dibujos de las cubiertas de las ruedas.

No solo existían estos elementos de cargo, sino que también se compadecían con el informe necrópsico, y que además, para mayor exactitud, estas figuras comenzaban a una altura de 50 cm. como aquellos dictaminaron.

CONCLUSIÓN:

-SE PROCESA AL PADRE DEL NIÑO DE 8 AÑOS POR EL DELITO DE “HOMICIDIO CALIFICADO POR EL VÍNCULO”.-

-SE DICTA LA FALTA DE MERITO A LA MADRE.-

ENSEÑANZA DEL HECHO:

-Queda científica y objetivamente demostrada la prueba de cargo. De aquí en adelante existen más que razones fundadas para tomar enserio, lo serio y trágico de una prueba mal do*****entada.-
-Por más risorio que parezca, ha sido gracias a un simple hisopo que pudo llegarse a los cálculos utilizados para la técnica de fotografía métrica; ya que asumo la responsabilidad de haber omitido colocar un sencillo elemento métrico.-
Autor: Luis Adrián Etcheverría
Inspector – Jefe del Gabinete Criminalístico de la Jefatura de Policía Departamental Concepción del Uruguay-
Referencias del Caso: Diario Clarín on line – Diario Uno de Entre Ríos on line – Análisis Digital on line .

AGRADECIMIENTOS:
-A Dios por la vida y su regalo: “el Don de poder ver y percibir lo que otros no pueden, ya hacerlo en auxilio de la verdad y la justicia”.
-A mi familia. Testigos Mudos de las labores oficiales, arrastradas a mis días de descanso por pasión de lo que hago.
-A mis compañeros de trabajo, amigos apasionados todos por la ciencia.
-A los Juzgados de Instrucción de la circunscripción C. del Uruguay.
En este caso puntual, al Juzgado de Instrucción Nº 2 de C. del Uruguay. Quienes permitieron llegar más allá de los obstáculos normales de la investigación de un hecho.

SUGIERO CRÍTICAS, CONSULTAS Y DEMÁS OBJECIONES QUE HAGAN AL CRECIMIENTO TÉCNICO-INTELECTUAL EN PRO DE LA CIENCIA MADRE “CRIMINALISTICA” (para que hechos como el analizado no queden impune)

Mail: [email protected]

Atte.

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