Por Rapyobro (Trabajo propio) [CC-BY-SA-3.0 (www.creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) undefined GFDL (www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], undefinedamerica.gov

Washington - La nueva Estrategia de la administración Obama para Combatir la Delincuencia Organizada Transnacional tiene por objeto reducir "el tamaño, alcance e influencia de la delincuencia organizada transnacional y también su impacto en la seguridad y gobierno de Estados Unidos, y a nivel internacional", según declaró John Brennan, asesor presidencial para Antiterrorismo y Seguridad Nacional.

 

"La estrategia del Presidente aprovechará e integrará las herramientas del poder de Estados Unidos para combatir la delincuencia organizada transnacional, y al mismo tiempo reconocerá que no podemos hacerlo solos. Estados Unidos debe seguir desempeñando un papel de liderazgo clave, junto con socios comprometidos, para movilizar los recursos internacionales destinados a abordar las amenazas emergentes", según dijo el subsecretario de Estado William Burns en la reunión en la que se presentó la estrategia el 25 de julio. Además de Burns y Brennan también estuvieron presentes en el acto Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional; Eric Holden, secretario de Justicia, además de otros representantes del Departamento del Tesoro, la Oficina Nacional para el Control de Drogas Ilícitas y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Brennan aseveró que la delincuencia transnacional amenaza la economía mundial, porque los delincuentes perjudican y distorsionan los sistemas financieros al entrar en los mercados y socavar la competitividad legítima y la integridad del mercado. Los criminales también roban los derechos de propiedad intelectual de Estados Unidos, alcanzado la suma de 188 millones de dólares en delitos durante el año 2010, de acuerdo a la Casa Blanca. Según explicó Brennan, esto no solo perjudica a las empresas, sino que en el caso de los productos farmacéuticos falsificados puede tener consecuencias mortales.

Las organizaciones del narcotráfico se alimentan la demanda global de drogas ilícitas, "lo cual intensifica la fortaleza, impunidad y violencia de las organizaciones criminales en el plano internacional", dijo Brennan. El contrabando de seres humanos y las redes de traficantes "son una plaga de alcance mundial que cada vez es más violenta y lucrativa, explotando a los más vulnerables de entre nosotros".

Brennan dijo que los terroristas y los insurgentes también recurren cada vez más a las redes criminales para financiarse y para su logística, lo que incluye el secuestro para cobrar un rescate. Según una hoja informativa sobre la estrategia emitida el 25 de julio por la Casa Blanca, 29 de las 63 principales organizaciones de narcotráfico identificadas por el Departamento de Justicia en el 2010 tenían lazos con organizaciones terroristas.

La nueva estrategia combatirá cada uno estos problemas por medio de una serie de objetivos estratégicos, dijo la Casa Blanca. Entre ellos figuran la protección de ciudadanos estadounidenses y socios de Estados Unidos de la violencia de las redes criminales; la ayuda a los países asociados para fortalecer la gobernabilidad y así romper el poder de las redes criminales, y quebrar el poder económico de las redes del crimen transnacional mediante la protección de los mercados estratégicos y del sistema financiero de Estados Unidos para evitar la penetración y el abuso criminal. Dicha estrategia también trata de derrotar a las redes apuntando contra sus infraestructuras e impidiendo la facilitación criminal de las actividades terroristas, y aprovechando el consenso internacional, la cooperación multilateral y las asociaciones público-privadas.

Cumplirá estos objetivos mediante capacidades y herramientas innovadoras, entre éstas un decreto ejecutivo, una nueva proclama presidencial y una serie de propuestas legislativas, según dijo la Casa Blanca.

Burns calificó a la delincuencia organizada, cualquiera sea su forma, de "amenaza contra gente decente y trabajadora en todo el mundo", que socava la actividad económica legítima, el estado de derecho y la integridad de las instituciones vitales del gobierno dedicadas a proteger la paz y la seguridad. También debilita la lucha contra la pobreza y retrasa el desarrollo sostenible, dijo.

Al calificar a la delincuencia organizada transnacional de problema mundial, Burns dijo que el Departamento de Estado "sigue decidido, en colaboración estrecha con nuestros asociados de las distintas agencias, a traducir los intereses comunes en medidas comunes que refuercen la seguridad de todos".

Por MacKenzie C. Babb
Redactora