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Continuando con la descripción tipológica, podríamos utilizar la de Holmes y De Burguer de 1988 (en Jiménez 2011) , que lo encuadraría dentro del tipo misionario: un tipo de asesino que elabora una idea delirante en la que él se autoerige como la persona con la misión de eliminar o hacer desaparecer a determinados elementos que considera nocivos para la sociedad o ambiente en el que vive. A diferencia del visionario, éste no tiene síntomas psicóticos asociados a su idea delirante, es decir, ésta no son fruto de alucinaciones. Este tipo de asesinos se consideran redentores, salvadores que liberan a la sociedad de determinados grupos que considera dañinos, generalmente prostitutas, drogadictos, vagabundos... En el caso de Anders, sus ideas contras el multiculturalismo y el odio a los inmigrantes podrían identificar el elemento social considerado como el enemigo a aniquilar. En este caso, las victimas no pertenecen directamente al grupo contra el que Anders lucha, sino que son seleccionadas por ser políticamente defensores o promotores de la proliferación en su sociedad de estos grupos (inmigrantes, principalmente musulmanes) o sus defensores. Posiblemente la coyuntura temporal de haberlos reunido en unas jornadas y las características geográficas del lugar de reunión escogido fueron determinantes a la hora de desviar su elección de victimas. En este sentido, el odio de Anders se había extendido no solo hacia aquellas personas que quiere eliminar sino también contra las que considera que las apoyan.

Los asesinos de este tipo son personas sin un componente psicopatológico acentuado más allá de la extrema convicción con la que defiende la ideología que están detrás de su pensamiento delirante. Son personas que están socializadas, que están adaptadas al ambiente en el que viven, son consideradas como personas normales siempre y cuando no se les hable de su temática delirante. En esta situación se puede comprobar al extremismo al que ha llevado sus convicciones e ideas y puede apreciarse la perturbación que esconden dicha ideología junto a la visión violenta que tiene al respecto. Esto se fragua a lo largo de los años, desde la adolescencia, en la que la persona va desarrollando y conformando elementos como la autoestima, la empatía, el locus de control o las habilidades sociales y resolución de conflictos. En un momento determinado, el sujeto percibe como ciertos daños o problemas que existen a su alrededor son culpa de determinadas personas o grupo de personas. Los problemas no son complejos, existen solo dos tipos de personas: los perjudicados y los culpables. Esta idea se va extremando en posturas y se relacionan con una solución conflictiva y violenta, características que también describen a la persona y a su forma de resolver conflictos en el resto de parcelas de su vida.

Este tipo de sujetos son poco flexibles, se encuentran siempre al lado de algún extremo, tienen poca tolerancia a la frustración y suelen dirigir su vida por el dogmatismo y unas auto-creadas nociones de moral y ética. Todo el que no piense como él finalmente acaba convirtiéndose en su enemigo.

Como ocurre en el caso de Anders, su forma de entender la vida y concretamente sus ideas sobre los social y lo político le hacen relacionarse con grupos de ideología de la extrema derecha. Estos grupos le ayudan a retroalimentar más sus ideas y sentir la sensación de pertenencia a un grupo, sentimiento que se desarrolla aún más por la separación cada vez más radical de los que no pertenecen o piensan como ese grupo. Cada vez más, esta ideación delirante ocupa gran parte de su vida, cada vez se estrecha más el cerco de resto de cosas que forman parte de su vida, la idea delirante lo inunda todo hasta que su mundo gira prácticamente entorno a esos pensamientos. Esto le lleva a fabular teorías y a construir una lógica y racionalidad sobre sus ideas extremas sin que quepa la menor duda y sin que sea posible  cuestionar  su defensa. En mayor o menor medida, la capacidad intelectual le permitirá a este tipo de sujetos construir una buena fundamentación lógica y explicativa de sus ideas delirantes. En el caso de Anders, podemos describirlo como una persona con una inteligencia dentro de la media, capaz de elaborar un manifiesto de 1500 páginas donde describe sus pensamientos. Junto a esto, las teorías y grupos de la derecha extrema le llevan a rellenar los huecos que sus teorías pudieran tener.